miércoles, 27 de octubre de 2010

UNA DIFÍCIL DECISIÓN, 3ª parte



- Pero, ¡si estos son mis padres, y mi hermano mayor! - pensé- no puede ser, ¿por que mi tía tendrá fotos del accidente de mis padres?

Cuando la tía Claudia llegó a casa se lo pregunté. Ella se puso muy amable conmigo, me quiso abrazar, pero yo no la deje creyendo que seria otro de sus trucos. No, esta vez iba en serio y al ver como mi tía miraba fijamente las fotos de mis padres y mi hermano vi porqué se había vuelto tan amable.

Ella dio un suspiro y dijo:

-Ninguno de ellos merecía morir, tu padre era fuerte y robusto, capaz casi de levantar un camión. -soltó con una risita floja y suspiró- Tu madre y yo nos peleábamos mucho pero era fantástica, siempre que la necesitaba estaba ahí y nunca me ha fallado. Además era muy guapa y por mi culpa no pudo cumplir su sueño de ser modelo.-dijo mientras caían unas gotitas a la foto- Tu hermano…tu hermano si que era amable y muy bueno en todo: jugaba a fútbol, daba clases de inglés, estudiaba y sacaba buenas notas, ayudaba a tu madre en las tareas de casa como tú….Lo teníais todo, erais la familia perfecta y tú…menos mal que a ti no te he perdido. Eres guapa y muy buena, además no sé como has aguantado tanto tiempo recibiendo mis órdenes. Ven al comedor, tengo que darte una buena noticia, aunque sólo sea para ti -susurro.

Me senté y ella llamo por teléfono.

- Aquí te espero – dijo.

Después le pregunté:

-¿Tenemos visita?

-Ya lo veras cuando llegue su momento-dijo la tía Claudia- el momento de que te pierda -susurro de nuevo.
Yo no la entendí muy bien, así que le quité importancia porque si le preguntaba que había dicho me iba a decir que nada, o que cosas suyas, como si no la conociera…

En ese momento llamaron a la puerta. La tía Claudia fue a abrir y volvió con un hombre a su lado: era alto, delgado, iba vestido con un traje y llevaba un maletín. No entendí muy bien lo del maletín pero supuse que ya me lo explicarían.

Mi tía me sirvió un zumo, ella se puso una coca cola y al hombre del maletín le puso una botella pequeña de agua.

Entonces el hombre del maletín lo abrió y salieron un montón de papeles. Entonces me dijo:

-A ver, María, yo soy un asistente social, tú tienes otro tío, lo sabes. Tu tía me ha llamado para que elijas si quedarte con ella o irte con tu otro tío.

La decisión era difícil. La tía Claudia me había comenzado a contar la historia de mi vida, de mi familia, y no me quería perder el final; por otro lado, me había dado a elegir y merecía la pena darle una segunda oportunidad. Entonces, dije:

-¡Me quedo con mi tía Claudia!, a no ser que  ella… no quiera, claro.

-Pues claro que quiero cielo -gritó mi tía abrazándome. - Yo pensaba que como te he tratado tan mal ya no querías estar conmigo más.
 
Entonces el hombre raro del maletín se fue y me quedé con mi tía Claudia.
                                                                                                                      (Continuará)

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