viernes, 15 de octubre de 2010

EL ARCOIRIS



Había una vez una mujer vieja y bastante fea, siempre vestida de negro, que siempre había querido tener un jardín precioso, un jardín que destacara de los demás; pero era tan descuidada que no se acordaba de regar las plantas y nunca conseguía su propósito.

A ella le encantaba la lluvia porque entonces el cielo se ponía oscuro, negro. Un día de lluvia, salió a la calle, a pasear, y sólo volvió cuando dejó de llover.

Conforme se acercaba a casa, iba saliendo el sol y, al llegar a su jardín, salió el arcoiris.

En ese momento observó cómo el arcoiris, con sus rayos de colores, le regalaba un color a cada flor, un color especial y único.

La mujer se emocionó y desde entonces sí se acordó de regar sus plantas y su jardín y su vida se llenaron de luz y color. Incluso, se compró ropa nueva de bellos colores.

Todos los vecinos que pasaban por allí la felicitaban por tener un jardín tan bonito. Ya nadie se acordaba de la mujer vieja, fea y vestida de negro que en un tiempo fue.

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