lunes, 11 de octubre de 2010
LAS FRUTAS
Había una vez un hombre que tenia de mascota a un perro, que corría en competiciones y siempre quedaba el primero.
Uno de esos días, el hombre, dejó el primer premio que había ganado su perro encima de la mesa donde estaba el frutero.
Todas las frutas dormían y cuando se despertaron la pera, verde y pequeña, se había acercado tanto al premio que las demás se dieron cuenta de que se lo quería quedar para ella.
La sandia, de color rojo vivo por dentro y con cáscara verde, le preguntó a la pera que por qué se quería quedar ella con ese premio que no era suyo y la pera toda rechulona contestó:
- Pues porque yo soy la mejor fruta de todas y soy la que más vitaminas ofrece a las personas.
Entonces la sandia dijo:
- De eso nada, yo soy la que ofrece vitamina A al cuerpo humano.
Y la naranja, grande y rugosa, protestó:
- Oye, que conste que aquí yo soy la más importante porque no todas ofrecéis al cuerpo humano vitamina C.
Y el melocotón, suave pero peludo dijo:
- ¿No seria mejor hacer una competición para ver quién es la mejor fruta y la que se merece el premio?
Todos aceptaron la apuesta.
Primero actuó la pera, esperó a que el humano tuviese hambre y se puso frente a él para que se la comiera. El humano lo hizo, puesto que es la única comida que encontró a la vista. Después de un tiempo, se encontró mucho más fuerte y pudo transportar cualquier cosa.
Como tenía más hambre, buscó un trozo de sandia y se puso moreno y guapo.
Entonces la naranja se puso delante de él y se la comió. Al poco tiempo se le ensancharon los pulmones y no tenía miedo a la gripe.
El melocotón, que era el único que quedaba y que lo había visto todo, entendió que el premio, que había ganado el perro y todas las frutas miraban con ojos llenos de envidia, tampoco podía ser para él porque para ganárselo tenia que colaborar con los demás porque solo no podía hacer nada.
Entonces todas las frutas, aunque ya formaban parte del humano, comprendieron que solas no podían hacer nada, que tenían que colaborar para conseguir que el humano tuviera un cuerpo sano y buena salud. Ése era su verdadero premio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario